Lo llevo en los genes, mi madre es la persona más generosa que conozco, aprendió a leer de niña con una pizarra, pero nunca tuvo afición por la lectura, por eso lo que sabe no lo aprendió en los libros, sino de la propia vida.
Nunca apagó en mi ninguna de mis ilusiones, al contrario siempre ha estado a mi lado, en cualquier quimera que yo iniciara.
Y de toda la vida se apoyó en refranes, para reforzar sus ideas, y ese refrán es :
"Manos que no dáis, qué esperáis", vamos que en su filosofía propía resumía el libro de el secreto, sin haberlo leido. Date, entregate al universo, y lo que das, te será devuelto, y multiplicado"
Pues para dar mucho más que las gracias, mi princesa y yo hicimos esta flor de chuches, fácil y bonita
lo hemos puesto, en una ensaladera de cartón del telepizza, que hemos recortado de la altura de las capsulitas de magdalenas, le hemos puesto papel de pinocho, como si fuesen hojitas, y a cada mora, le hemos enrollado una lengua, fácil, fácil.
